Las Salamandras son espíritus elementales del fuego según la tradición hermética europea.
El término, se origina en la obra del médico y alquimista Paracelso, quien los describía como seres elementales del fuego, es decir espíritus ligados al fuego en cuanto uno de los cuatro elementos de la Naturaleza.
Desde la época de la Ilustración en adelante, se ha llegado a diferenciar al animal real y la criatura legendaria como dos conceptos distintos, especialmente en el mundo del ocultismo. La criatura mitológica suele representarse con un aspecto muy similar al de la salamandra real, pero con una particular afinidad hacia el fuego (a veces, en concreto, al fuego como elemento).
Existe esta concepción de la salamandra como elemental, porque las mismas (en la naturaleza) se recubren con una película espesa y pegajosa que les permite soportar las llamas y así huir de los incendios.
